u hora ha llegado. Ven
te digo.
MANFREDO.
Ya se que mi hora ha llegado,
pero no sera a un ser tal como tu a
quien entregare mi alma.
EL ESPIRITU.
?Llamare pues a mis hermanos?...
Apareced.
[Aparecen los otros Espiritus.]
EL ABAD.
Alejaos, espiritus malignos, huid
os digo; vosotros no teneis poder en
los parages en donde se encuentra
la piedad. Huid, os lo ordeno en
nombre de....
EL ESPIRITU.
Anciano, nosotros conocemos
nuestra mision y tu ministerio, no
pierdas tus palabras sagradas; serian
inutiles. Este hombre esta condenado,
y por la ultima vez le intimo
que venga.
MANFREDO.
Yo os desafio a todos; aunque
sienta que mi alma se me ausenta,
os desafio a todos. No os seguire
mientras que me quede un soplo de
vida para luchar aunque sea con los
demonios: si quereis arrancarme de
aqui no lo conseguireis sino miembro
por miembro.
EL ESPIRITU.
iMortal rebelde! ?eres tu el magico
que se atrevio a arrojarse al
mundo invisible y hacerte casi nuestro
igual? ?eres tu el que quieres
conservar una vida que te ha sido
tan funesta?
MANFREDO.
Espiritu impostor, mientes; se
que ha llegado la ultima hora de
mi vida y no quisiera retardarla un
momento. No lucho contra la muerte
y si contra ti y contra los angeles de
tu sequito. No fue por medio de un
pacto contigo y con tus companeros
por lo que adquiri un poder sobrenatural;
fue mi ciencia superior, mis
privaciones, mi audacia, mis dilatados
desvelos, mi fuerza de alma y mi
habilidad en descubrir los secretos
de los tiempos antiguos en los que
se veia a los hombres y a los espiritus
marchar juntamente e ignorar
injustos privilegios. Me encuentro
satisfecho de mis propias fuerzas,
os desafio, y os desprecio.
EL ESPIRITU.
Tus crimenes te han hecho....
MANFREDO.
?Que te importan mis crimenes?
?Seran castigados por otros crimenes
o por otros mayores criminales?
Vuelve a sumergirte en el infierno,
yo permanezco aqui; tu no tienes
ningun poder sobre mi, y se que
nunca me poseeras. Lo que he hecho,
esta ya hecho; llevo en mi pecho
un tormento al cual no anadira
nada el que puedes causarme; un
alma inmortal se recompensa o se
castiga a si misma; independiente
de los lugares y de los tiempos, lleva
consigo el origen y el termino de
de sus males; una vez despojada de
su cubierta mortal, su sentimiento
interno no presta ningun color a los
vagos objetos que la rodean, pero
se encuentra absorbida
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