l hombro y sonriendose con suma gracia, me
dijo:
--Compadre, iyo soy _Parron_!
Oir esto y caerme de espaldas,[3-3] todo fue una misma cosa.
El bandido se echo a reir.
20 Yo me levante desencajado, me puse de rodillas, y exclame
en todos los tonos de voz que pude inventar:
--iBendita sea tu alma, rey de los hombres!... ?Quien
no habia de conocerte[3-4] por ese porte de principe real que
Dios te ha dado? iY que haya madre[3-5] que para tales hijos!
25 iJesus![3-6] iDeja que te de un abrazo, hijo mio! iQue en
mal hora muera[3-6] si no tenia gana de encontrarte el gitanico
para decirte la buenaventura[3-7] y darte un beso en esa mano
de emperador!--iTambien yo soy de los tuyos! ?Quieres
que te ensene a cambiar burros muertos por burros vivos?--?Quieres
30 vender como potros tus caballos viejos? ?Quieres
que le ensene el frances a una mula?
El Conde del Montijo no pudo contener la risa....--Luego
pregunto:
--Y ?que respondio _Parron_ a todo eso? ?Que hizo?
(p4)
--Lo mismo que su merced; reirse a todo trapo.[4-1]
--?Y tu?
--Yo, senorico, me reia tambien; pero me corrian por las
patillas lagrimones como naranjas.
05 --Continua.
En seguida me alargo la mano y me dijo:
--Compadre, es V. el unico hombre de talento que ha caido
en mi poder. Todos los demas tienen la maldita costumbre de
procurar entristecerme, de llorar, de quejarse y de hacer otras
10 tonterias que me ponen de mal humor. Solo V. me ha hecho
reir: y si no fuera por esas lagrimas....
--Que, isenor, si son[4-2] de alegria!
--Lo creo. iBien sabe el demonio que es la primera vez
que me he reido desde hace seis u ocho anos!--Verdad es que
15 tampoco he llorado....
--Pero despachemos.--iEh, muchachos!
Decir _Parron_ estas palabras y rodearme una nube de trabucos,
todo fue un abrir y cerrar de ojos.
--iJesus me ampare!--empece a gritar.
20 --iDeteneos! (exclamo _Parron_.) No se trata de eso
_todavia_.--Os llamo para preguntaros que le habeis _tomado_ a
este hombre.[4-3]
--Un burro en pelo.[4-4]
--?Y dinero?
25 --Tres duros y siete reales.
--Pues dejadnos solos.
Todos se alejaron.
--Ahora dime la buenaventura--exclamo el ladron, tendiendome
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