alguna.
El general Radet, jefe de los demoledores, encontro al Papa
30 en la Sala de las Audiencias ordinarias, rodeado de los cardenales
Pacca y Despuig y de algunos empleados de Secretaria.
(p50)
Pio VII vestia roquete y muceta;[50-1] habia dejado su lecho
para recibir al enemigo, y daba muestras de una tranquilidad
asombrosa.
Era media noche. Radet, profundamente conmovido, no
05 se atreve a hablar. Al fin intima al Sumo Pontifice que renuncie
al gobierno temporal de los Estados romanos.[50-2] El Papa
contesta que no le es posible hacerlo, porque no son suyos,
sino de la Iglesia, cuyo administrador lo hizo la voluntad del
Cielo.... Y el general Radet le replica mostrandole la orden
10 de llevarlo prisionero a Francia.
Al amanecer del siguiente dia salia Pio VII de su palacio
entre esbirros y gendarmes, saltando sobre los escombros de
las puertas, sin mas comitiva que el cardenal Pacca, ni mas
restos de su grandeza mundanal que un _papetto_, moneda
15 equivalente a cuatro reales de vellon,[50-3] que llevaba en el
bolsillo.
En las afueras de la puerta del Popolo[50-4] lo esperaba una silla
de posta, a la cual le hicieron subir, y despues de esto cerraron
las portezuelas con una llave, que Radet entrego a un gendarme
20 de caballeria.
Las persianas del lado derecho, en que se sento el Papa,
estaban clavadas, a fin de que no pudiese ser visto....
IV
--iEn esa silla lo encontre yo!...--?Ven ustedes como
no miento?
25 --Hace V. bien en interrumpirme, Capitan; porque yo he
terminado, y el resto queremos oirlo de labios de V....
--Pues voy alla,[50-5] senores mios.
Ibamos diciendo que Pio VII y el cardenal Pacca (imucho
me alegro de haber llegado a saber su nombre!) estaban sentados
30 en el portal de la casa de postas; que el pueblo se habia
agrupado en la calle; que los gendarmes le impedian el paso, (p51)
y que nosotros los espanoles conseguimos acercarnos tanto a la
puerta, que veiamos perfectamente a los dos augustos
sacerdotes.
Pio VII fijo casualmente la vista en nosotros, y sin duda
05 conocio, por nuestros raros y destrozados uniformes, que tambien
eramos extranjeros y cautivos de Napoleon.... Ello
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