orma
parte del marquesado del Cenet, o como si dijeramos, del respaldo
de la Alpujarra,[76-1] hacia Levante,[76-2] y esta medio colgada,
medio escondida, en un escalon o barranco de la formidable
05 mole central de Sierra Nevada, a cinco o seis mil pies sobre el
nivel del mar y seis o siete mil por debajo de las eternas nieves
del Mulhacen.
Aldeire, dicho sea con perdon de su senor cura, es un pueblo
morisco. Que fue moro, lo dicen claramente su nombre, su
10 situacion y su estructura; y que no ha llegado aun a ser enteramente
cristiano, aunque figure en la Espana reconquistada y
tenga su iglesita catolica y sus cofradias de la Virgen, de Jesus
y de no pocos santos y santas, lo demuestran el caracter y
costumbres de sus moradores, las pasiones terribles cuanto
15 quimericas que los unen o separan en perpetuos bandos, y los
lugubres ojos negros, palida tez y escaso hablar y reir de mujeres,
hombres y ninos....
Porque bueno sera recordar, para que ni dicho senor cura ni
nadie[76-3] ponga en cuarentena[76-4] la solidez de este
20 razonamiento, 20 que los moriscos del marquesado del Cenet no fueron
expulsados en totalidad como los de la Alpujarra, sino que muchos de
ellos lograron quedarse alli agazapados y escondidos gracias a
la prudencia o cobardia con que desoyeron el temerario y heroico
grito de su malhadado principe Aben-Humeya;[76-5] de donde
25 yo deduzco que el tio Juan Gomez (a)[76-6] _Hormiga_, (p77)
alcalde constitucional de Aldeire en el ano de gracia de 1821, podia
muy bien ser nieto de algun Mustafa, Mahommed o cosa por el estilo.
Cuentase, pues, que el tal Juan[77-1] Gomez, hombre a la sazon
de mas de media centuria, rustico muy avisado aunque no entendia
05 de letra,[77-2] y codicioso y trabajador con fruto, como lo
acreditaba, no solamente su apodo, sino tambien su mucha hacienda,
por el adquirida a fuerza de buenas o malas artes, y
representada en las mejores suertes de tierra de aquella
jurisdiccion, tomo a censo enfiteutico[77-3] del caudal de Propios,
10 [77-4] y casi de balde, mediante algunas gallinas no ponedoras que
regalo al secretario del Ayuntamiento, unos secanos situados a las
inmediaciones de la villa, en medio de los cuales veianse los restos
y escombros de un antiguo castillejo,[77-5] morabito o atalaya
arabe
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