enido ocasion de perder tres gallinas, arrebatadas por
los perros hacia el monte. Y si se recuerda que el ingenio de un
poblador haragan llega a ensenar a sus cachorros esta maniobra para
aprovecharse ambos de la presa, se comprendera que Cooper perdiera la
paciencia, descargando irremisiblemente su escopeta sobre todo ladron
nocturno. Aunque no usaba sino perdigones, la leccion era
asimismo dura.
Asi una noche, en el momento que se iba a acostar, percibio su oido
alerta el ruido de las unas enemigas, tratando de forzar el tejido de
alambre. Con un gesto de fastidio descolgo la escopeta, y saliendo
afuera vio una mancha blanca que avanzaba dentro del patio.
Rapidamente hizo fuego, y a los aullidos transpasantes del animal
arrastrandose sobre las patas traseras, tuvo un fugitivo sobresalto,
que no pudo explicar y se desvanecio en seguida. Llego hasta el lugar,
pero el perro habia desaparecido ya, y entro de nuevo.
--?Que fue, papa?--le pregunto desde la cama su hija.--?Un perro?
--Si--repuso Cooper colgando la escopeta.--Le tire un poco de
cerca...
--?Grande el perro, papa?
--No, chico.
Paso un momento.
--iPobre Yaguai!--prosiguio Julia.--iComo estara!
Subitamente Cooper recordo la impresion sufrida al oir aullar al
perro: algo de su Yaguai habia alli... Pero pensando tambien en cuan
remota era esa probabilidad, se durmio.
Fue a la manana siguiente, muy temprano, cuando Cooper, siguiendo el
rastro de sangre, hallo a Yaguai muerto al borde del pozo del bananal.
De pesimo humor volvio a casa, y la primer pregunta de Julia fue por
el perro chico.
--?Murio, papa?
--Si, alla en el pozo... es Yaguai.
Cogio la pala, y seguido de sus dos hijos consternados, fue al pozo.
Julia, despues de mirar un momento inmovil, se acerco despacio a
sollozar junto al pantalon de Cooper.
--iQue hiciste, papa!
--No sabia, chiquita... Apartate un momento.
En el bananal enterro a su perro, apisono la tierra encima, y regreso
profundamente disgustado, llevando de la mano a sus dos chicos, que
lloraban despacio para que su padre no los sintiera.
#LOS PESCADORES DE VIGAS#
El motivo fue cierto juego de comedor que mister Hall no tenia aun, y
su fonografo fue quien le sirvio de anzuelo.
Candiyu lo vio en la oficina provisoria de la _Yerba Company_, donde
mister Hall maniobraba su fonografo a puerta abierta.
Candiyu, como buen indigena, no manifesto sorpresa alguna,
contentandose con d
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