dades y repudiaba las luchas materiales
por temor a las iras del cielo y por un pasivo deseo de vivir en paz
y bienestar ideales.
En frente de los provechosos resultados que esas instituciones de
libertad y democracia han dado a este pais, a la vista de los marcados
progresos alcanzados en todos los ordenes de la vida nacional merced
a esas mismas instituciones, pese a algunos cuantos reaccionarios y
ultraconservadores que opinan lo contrario y anoran el pasado, yo no
veo, no puedo ver, como haya gente seria que seriamente sostenga que
no debe concederse el sufragio femenino, una de las mas vivisimas
aspiraciones que agitan actualmente la conciencia del mundo moderno.
Recuerdo muy bien que en otros tiempos, y no muy lejanos, los mismos
temores y sobresaltos se habian abrigado contra la instruccion
superior de la mujer. iQue ridiculo, se decia, que ridiculo que la
mujer aprenda Historia, Matematicas, Filosofia y Quimica que no solo
no puede digerir su escaso cerebro sino que la llenaria de presuncion y
soberbia convirtiendola en una especie de criatura hibrida, sin gracia
y sin fuerza, intolerable y fatua, con mollera hermosa pero vacia
y corazon grande pero seco! Y, sin embargo, hemos dado entrada a la
mujer en las escuelas superiores y en las universidades y, al igual
que el hombre, hemos permitido que sus cabezas ostenten las borlas
de bachiller en Artes, Leyes, Medicina y otras profesiones. ?Podemos,
ahora, decir que esas mujeres han pervertido el hogar de sus mayores
o cuando se han casado han sido para sus maridos motivo de deshonor
o escandalo? Es tiempo de observar los resultados porque si estos
resultados han sido perjudiciales al cuerpo social y politico del pais,
nuestro deber es deshacer lo hecho y desandar lo andado.
Nadie piensa afortunadamente en esto. Desde los mas cultos centros de
poblacion hasta las aldeas mas desconocidas se arrastra silenciosa
y majestuosa una ola de opinion popular que aprueba y aplaude la
educacion femenina, al punto de que los mas rudos sementereros
envian a sus hijas a las ciudades a costa de los mas imaginables
sacrificios para que puedan escalar las cumbres mas altas del saber,
si a eso pudieran. Esos lugarenos ignorantes saben confusamente que la
mujer como el hombre esta hecha de la misma arcilla y no se avienen
a creer que por haberles cabido la suerte de tener ninas en vez de
ninos necesitan condenarlas a llevar las cadenas de la ignorancia
incapacitandolas para ser u
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