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fundamentales que, como el voto, requieren nada mas que inteligencia
y capacidad para ejercerlo, a fin de que pueda tener alguna voz en la
decision de sus propios destinos y librar por si misma las batallas que
exigen su honor, su libertad y otros tantos intereses que descuidan
o ignoran los hombres en virtud del indisputado monopolio ejercido
por ellos sobre los negocios publicos.
No desapareceran radicalmente las injusticias, las desigualdades
sociales y juridicas contenidas en nuestros codigos ni mejoraran las
condiciones de la existencia para la mujer mientras sean los hombres
los unicos que legislen y dominen todas las esferas de la vida publica,
mientras dicten a la mujer lo que debe hacer y lo que no debe hacer;
y, a su vez, la mujer sera incompetente de cuidar de sus propios
intereses y de dirigir sus propios destinos mientras no mire mas alto,
mientras preste su asentimiento a la superioridad del hombre y crea
que su destino es simplemente servir y complacer al hombre para el
lecho y el hogar, en vez de ser su verdadera ayuda y compania para
el progreso y felicidad del genero humano.
Todas las objeciones que se aducen o pueden aducirse en contra del
sufragio femenino tienden invariablemente a estos dos objetos: a la
seclusion domestica de la mujer y a perpetuar su esclavitud civil
y politica.
Que la mujer no debe atender mas que las ocupaciones del hogar,
que no debe vivir mas que para su esposo e hijos; que tiene bastante
trabajo para todo el dia con dirigir al cocinero, limpiar la casa y
remendar los vestidos; es la formula que sostienen los partidarios
del antiguo regimen. O si no, esta otra: que la mujer no esta por
naturaleza llamada a luchar con el hombre en la vida publica; que
el hombre por razon de esa lucha dejara de considerarla como un ser
digno de adoracion, un sagrado idolo ante cuyos pies se arrodilla,
sino que vera en ella a una rival a quien hay que combatir y anular
para la propia conservacion, y con ello la mujer no solo arrastraria
la nitida sampaguita de su virtud en el lodo de la vida politica, sino
perderia, ademas, la estimacion, el respeto y las consideraciones,
de los cuales se ve rodeada en la actualidad.
No tengo sino el mas profundo respeto para todos aquellos, hombres y
mujeres, que piensan honradamente asi. No tienen la culpa de creer que
aquello que ha existido siempre de un modo tal, no sea lo mejor. No
comprenden que la vida es movimiento e insensiblemente se adhie
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