Nafciones, i Lenguas; i andadas cinco jornadas, con mui grande hambre,
porque en el camino no havia Tunas, ni otra Fruta ninguna, allegamos a
vn Rio, donde afentamos nueftras Cafas, i defpues de afentadas, fuimos a
bufcar vna Fruta de vnos Arboles, que es como Hieros: i como por toda
efta Tierra no ai Caminos, Yo me detuve mas en bufcarla: la Gente fe
bolvio, i Yo quede folo, i viniendo a bufcarlos, aquella noche me perdi;
i plugo a Dios, que halle vn Arbol ardiendo, i al fuego de el pase aquel
frio aquella noche, i a la manana Yo me cargue de Lena, i tome dos
ticones, i bolvi a bufcarlos, i anduve de efta manera cinco dias,
fiempre con mi lumbre, i carga de Lena, porque fi el fuego fe me matafe
en parte donde no tuviefe Lena, como en muchas partes no la havia,
tuviefe de que hacer otros ticones, i no me quedafe fin lumbre, porque
para el frio Yo no tenia otro remedio, por andar defnudo, como nafci; i
para las noches Yo tenia efte remedio, que me iba a las matas del Monte,
que eftaba cerca de los Rios, i paraba en ellas, antes que el Sol fe
pufiefe, i en la Tierra hacia vn hoio, i en el echaba mucha Lena, que fe
cria en muchos Arboles, de que por alli ai mui gran cantidad, i juntaba
mucha Lena, de la que eftaba caida, i feca de los Arboles, i al derredor
de aquel hoio hacia quatro fuegos en Cruz, i Yo tenia cargo, i cuidado
de rehacer el fuego de rato en rato, i hacia vnas gavillas de paja
larga, que por alli ai, con que me cubria en aquel hoio: i de efta
manera me amparaba del frio de las noches; i vna de ellas el fuego caio
en la paja, con que Yo eftaba cubierto, i eftando Yo durmiendo en el
hoio, comenco a arder mui recio, i por mucha priefa que Yo me di a
falir, todavia faque fenal en los cabellos del peligro en que havia
eftado. En todo efte tiempo no comi bocado, ni halle cofa, que pudiefe
comer: i como traia los pies defcalcos, corriome de ellos mucha fangre;
i Dios vso conmigo de mifericordia, que en todo efte tiempo no vento el
Norte, porque de otra manera ningun remedio havia de Yo vivir; i a cabo
de cinco dias llegue a vna Ribera de vn Rio, donde Yo halle a mis
Indios, que ellos, i los Chriftianos me contaban ia por muerto, i
fiempre creian, que alguna Vivora me havia mordido. Todos huvieron gran
placer de verme, principalmente los Chriftianos, i me dixeron, que hafta
entonces havian caminado con mucha hambre, que efta era la caufa, que no
me havian bufcado: i aquella noche me dieron de las Tunas que tenian; i
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