Esperad a que
llegue vuestro padre, y el dara a cada uno lo que en herencia le
corresponda. No seais como los cuervos, que caen en bandada sobre los
muertos para comerselos. iCuervos! iCaines!
_Los cinco hermanos, revueltos en un tropel, siguen gritando en el
centro de la estancia, y los brazos se levantan sobre las cabezas
amenazadores y colericos_.
DON FARRUQUINO
Don Manuelito, esto no se arregla con sermones.
EL CAPELLAN
iTambien has manchado en este saqueo tus manos que consagran a Dios!
Esperad a que llegue vuestro padre y el dara a cada uno lo suyo. iLos
lobos en el monte tienen mas hermandad que vosotros! iNacidos sois de
un mismo vientre, y peleais como fieras que por acaso se hallan en un
camino!
DON FARRUQUINO
?Quien aviso a Don Juan Manuel?
EL CAPELLAN
Yo le avise. Esta tarde salio con una carta mia, la barca de Abelardo.
DON PEDRITO
iEsa es una conspiracion!
DON MAURO
iQue se pretende con avisar a mi padre!
DON GONZALITO
Debio respetarse la voluntad de mi madre, que no le llamo cuando estaba
moribunda.
EL CAPELLAN
Porque vosotros lo habeis estorbado. Pero harto sabeis que su ultimo
suspiro fue para el. iCuervos! iLobos!
DON PEDRITO
iBasta de insultos, que la paciencia se me acaba!
EL CAPELLAN
iY tu el mayor cuervo! iY tu el mayor lobo!
DON FARRUQUINO
iQue valor da el vino!
DON MAURO
iUn rayo te parta, Don Manuelito!
EL CAPELLAN
Guardad esos fieros para las mujeres y para los rapaces, que a mi no se
me asusta con ellos. iSacrilegos! Vendra Don Juan Manuel y os arrojara
de esta casa que estais profanando con vuestras concupiscencias.
DON PEDRITO
iUn rayo me parta! iMe da el corazon que hoy ceno lengua de clerigo!
DON FARRUQUINO
iAdobada en vino!
EL CAPELLAN
iSacrilegos! iSeriais capaces de poner las manos sobre esta corona!
DON FARRUQUINO
iNo lo consentiria yo!
EL CAPELLAN
iTu eres el peor de todos!... Ya tendreis el castigo, si no en esta
vida, en la otra... Os dejo, os dejo entregados a este latrocinio
impio... ?Ois esa campana: Llama por mi y llama tambien por vosotros...
Voy a decir la primera misa por el descanso de nuestra madre, mi
protectora, mi madre. Vosotros, Caines, bien haceis en no oirla. iSeria
un escarnio! Sois como los perros, que no pueden entrar en la casa de
Dios.
_El capellan sale, y el doble de la campana que resuena en la sala
desmantelada, detiene por un momento aquel expolio a que se en
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