igion es seca como una vieja ... iComo
las canillas de una vieja! ... Tiene cara de beata y cuerpo de galga
... Como el hombre necesita muchas mujeres y le dan una sola, tiene que
buscarlas fuera. Si a mi me hubieran dado diez mujeres, habria sido
como un patriarca ... Las habria querido a todas, y a los hijos de
ellas y a los hijos de mis hijos.... Sin eso, mi vida aparece como un
gran pecado. Tengo hijos en todas estas aldeas, a quienes no he podido
dar mi nombre ... iYo mismo no puedo contarlos!.... Y los otros
bandidos, temerosos de verse sin herencia por mi amor a los bastardos,
han tratado de robarme, de matarme ... Pero yo tengo siete vidas. iTodo
lo pago con sus lagrimas aquella santa!... ?Donde estare? iYa no se oye
la campana!...
_El fragor del viento entre los pinos apaga todos los demas ruidos de
las noche: Es una marejada sorda y fiera, un son ronco y oscuro, de
cuyo seno parecen salir los relampagos. Don Juan Manuel, de tiempo en
tiempo, se detiene desorientado e intenta aprovechar aquel resplandor,
que inesperado y convulso se abre en la negrura de la noche, para
descubrir el camino. De pronto ve surgir unas canteras que semejan las
ruinas de un castillo: El eco de los truenos rueda encantado entre
ellas. Al acercarse oye ladrar un perro, y otro relampago le descubre
una hueste de mendigos que han buscado cobijo en tal paraje. Tienen la
vaguedad de un sueno aquellas figuras entrevistas a la luz del
relampago: Patriarcas haraposos, mujeres escualidas, mozos lisiados
hablan en las tinieblas, y sus voces, contrahechas por el viento, son
de una oscuridad embrujada y grotesca, saliendo de aquel roquedo que
finge ruinas de quimera, donde hubiese por carcelero un alado dragon_.
UNA VOZ
?A quien ladras, Carmelo?
OTRA VOZ
Alguien ronda.
OTRA VOZ
Sera un caminante extraviado.
OTRA VOZ
Sera algun can sin dueno.
EL CABALLERO
?Este pinar, es el Pinar del Rey?
UNA VOZ
Asi le dicen... Mas agora es de nosotros, los que aqui nos procuramos
guarida en una noche tan fiera.
EL CABALLERO
?Habra sitio para mi?
UNA VOZ
iY holgado!
EL CABALLERO
?La campana que tocaba poco hace, era la de Andras?
UNA VOZ
La campana choca de Andras.
_El Caballero se guarece con aquellos mendigos que van en caravana a
una romeria. Racimo de gusanos que se arrastra por el polvo de los
caminos y se desgrana en los mercados y feriales de las villas,
salmodiando cuitas y padrenuestros. En t
|