ABALLERO
iNo son sus culpas las que necesitan perdon, son las mias! Todo el maiz
que haya en la troje se repartira entre vosotros. Es una restitucion
que os hago, ya que sois tan miserables que no sabeis recobrar lo que
debia ser vuestro. Teneis marcada el alma con el hierro de los
esclavos, y sois mendigos porque debeis serlo. El dia en que los pobres
se juntasen para quemar las siembras, para envenenar las fuentes, seria
el dia de la gran justicia... Ese dia llegara, y el sol, sol de
incendio y de sangre, tendra la faz de Dios. Las casas en llamas seran
hornos mejores para vuestra hambre que hornos de pan. iY las mujeres, y
los ninos, y los viejos, y los enfermos, gritaran entre el fuego, y
vosotros cantareis y yo tambien, porque sere yo quien os guie!
Nacisteis pobres, y no podreis rebelaros nunca contra vuestro destino.
La redencion de los humildes hemos de hacerla los que nacimos con
impetu de senores cuando se haga la luz en nuestras conciencias. iEn la
mia se hace esa luz de tempestad! Ahora, entre vosotros, me figuro que
soy vuestro hermano y que debo ir por el mundo con la mano extendida, y
como naci senor, me encuentro con mas animo de bandolero que de
mendigo, iPobres miserables, almas resignadas, hijos de esclavos, los
senores os salvaremos cuando nos hagamos cristianos!
_La hueste de mendigos se conmueve con un largo murmullo semejante al
murmullo del rezo con que pide limosna por las puertas. Cuando el rumor
se aquieta, alza su voz un mendigo gigantesco que tiene los ojos
llagados por la lepra, y en aquella voz gangosa y oscura se arrastra
como una larva la tristeza milenaria de su alma de siervo_.
EL POBRE DE SAN LAZARO
Dios Nuestro Senor nos dara en el Cielo su recompensa a todos los que
aqui pasamos trabajos. Es su ley que unos sean pobres y otros ricos.
Dios Nuestro Senor a los pobres nos manda tener paciencia para pedir la
limosna, y a los ricos les manda tener caridad, y el rico que parte su
pan trigo con el pobre, tiene el Cielo mas ganado que el pobre que lo
recibe y no lo agradece. iEs la ley de Nuestro Senor!
_El caballero se estremece. Hasta su rostro llega el aliento podre de
aquella voz gangosa, y apenas puede dominar el impulso de apartarse. A
la livida claridad del amanecer, la figura gigantesca del mendigo
leproso, se destaca en la oquedad de las canteras. El caballero siente
una emocion cristiana_.
EL CABALLERO
?Eres el pobre de San Lazaro?
EL POBRE DE SAN LAZARO
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