lo que habias de hacer?
ANDREINA
Algo me dijo... iMas los otros juraron segarme el cuello!
DON FARRUQUINO
Busca la llave, y me la echas....
ANDREINA
No se como lograrlo, pues la tiene el senor capellan.
DON FARRUQUINO
Se la robas.
ANDREINA
?Mas con que engano?
DON FARRUQUINO
Cuando duerma. ?El se acuesta con tigo o con la Rebola?
ANDREINA
iAsus! iQue picardias habla!... Ciego habia de estar para condenarse
con la Rebola! iY lo que es conmigo! iAsus! Llevo muchos anos a
cuestas, cuatro onzas y un doblon, para que me tienten los Dianos....
No diga esas picardias, mi rey, que un dia le sale una avispa en la
lengua.... Yo le servire con toda voluntad en aquello que pueda, y
cuantas llaves hay en la casona vere de traerselas, por si alguna abre.
DON FARRUQUINO
Si no, tendre que salir poniendo fuego a la puerta.
ANDREINA
Yo vere de servirle.... Mas luego no olvide la promesa que me hizo de
tener a una de mis rapazas como su ama.
DON FARRUQUINO
Ya te dije que si alcanzo un curato, me llevo a las dos.
ANDREINA
Tanto no pido, iAsus!....
_Se santigua la vieja encubridora, y el tonsurado segundon se pone en
pie, y avizora hacia la puerta que comunica con la casona, una puerta
pequena en la sombra humeda del muro de piedra, que rezuma. Se oye el
rechinar de la llave. Don Farruquino se esconde en el rincon mas
oscuro, y espera. La puerta se abre, y una sombra se aparta para dejar
paso al Caballero. Otra sombra negra y bruja, huye de la tribuna_.
EL CABALLERO
iSenor capellan, por que no esta encendida la lampara?
EL CAPELLAN
Se habra bebido el aceite alguna lechuza.
EL CABALLERO
Siento el volar de unas alas en esta oscuridad.
EL CAPELLAN
Aquel ventanal tiene rotos los cristales, y como entra el viento pudo
entrar la lechuza.
EL CABALLERO
Las alas que yo siento se abren dentro de mi.
_Avanzan las dos sombras hacia el presbiterio. Sus pasos huecos, en la
soledad de la capilla, tienen una vaga resonancia, y las palabras un
misterio de sombra_.
EL CABALLERO
?Donde esta enterrada?
EL CAPELLAN
Esta losa la cubre, senor.
EL CABALLERO
Es preciso que la levantemos, Don Manuelito. iQuiero verla!
EL CAPELLAN
Nuestras fuerzas no bastan, senor.
EL CABALLERO
iPiedra, piedra, levantate!
_Don Juan Manuel se arrodilla ante la sepultura, y entenebrecido, y
suspirante, reza en voz baja. El capellan, en tanto, escudrina en la
sombra
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