ndispensable, es decir, agua abundante para proporcionarse con ella
bienestar e higiene! Como para burlarse de su propia incuria, los
nimeses han erigido en una de sus plazas, la mas arida y llena de polvo,
un grupo magnifico de rios adornados con tridentes y arroyuelos
coronados de nenufares; pero, a pesar de ese fausto escultural, el unico
recurso es siempre la fuente venerada, hermosa y pura como en los dias
en que sus antepasados los galos construyeron la primera cabana al borde
mismo de sus aguas.
En los paises del Norte, regados casi todos con abundancia por fuentes,
arroyos y rios, los manantiales no han atraido hacia ellos, como las
fuentes del Mediodia, la poesia de las leyendas y la atencion de la
historia. Como barbaros que miramos solo las ventajas del trafico,
admiramos el rio caudaloso en proporcion al numero de sacos o toneladas
que transportan durante el ano, y apenas si nos ocupamos de los rios
secundarios que lo forman y de las fuentes que los alimentan. Entre los
muchos millones de hombres que habitan en las orillas de los grandes
rios de la Europa occidental, solo algunos millares, en sus paseos o
viajes, se dignan desviarse un poco de su camino para ir a contemplar
las fuentes principales del rio que riega sus ricas tierras de la vega
donde nacieron, pone en movimiento sus fabricas y mantiene a flote las
embarcaciones. Algunas fuentes, admirables por la transparencia de sus
aguas y por el encanto del paisaje que las rodea, permanecen
completamente ignoradas para los burgueses de la ciudad vecina, que,
fieles a las rutinas en boga, van todos los anos a llenarse de polvo por
las calles y caminos de las ciudades en moda. Como viven una existencia
artificial, han olvidado completamente a la naturaleza y no saben
siquiera abrir los ojos para contemplar el horizonte, ni mirar lo que
existe en donde ponen sus pies. iPoco nos importa! ?Es acaso la
naturaleza menos hermosa porque ellos la miren con indiferencia? ?Porque
jamas se hayan dignado mirarlas, son menos encantadoras las pequenas
fuentes que nacen susurrantes en medio de las flores y el poderoso
manantial que se escapa a borbotones de las concavidades de la roca?
CAPITULO III
#El torrente de la montana#
Entre los innumerables arroyos que corren por la superficie de la tierra
y se precipitan en el mar o se reunen para formar grandes rios, este,
cuyo curso vamos a seguir, no tiene nada que particularmente atraiga la
atencion de los homb
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