_Virgo fidelis_
XXXI.--La reunion misteriosa
XXXII.--_La Fontanilla_
XXXIII.--Las arpias se ponen tristes
XXXIV.--El complot.--Triunfo de Lazaro
XXXV.--El bonete del Nuncio
XXXVI.--Aclaraciones
XXXVII.--El _via-crucis_ de Clara
XXXVIII.--Continuacion del _via-crucis_
XXXIX.--Un momento de calma
XL.--El gran atentado
XLI.--Fernando el Deseado
XLII.--_Virgo potens_
XLIII.--Conclusion
CAPITULO PRIMERO
#La Carrera de San Jeronimo en 1821#.
Durante los seis inolvidables anos que mediaron entre 1814 y 1820, la
villa de Madrid presencio muchos festejos oficiales con motivo de
ciertos sucesos declarados _faustos_ en la _Gaceta_ de entonces. Se
alzaban arcos de triunfo, se tendian colgaduras de damasco, salian a la
calle las comunidades y cofradias con sus pendones al frente, y en todas
las esquinas se ponian escudos y tarjetones, donde el poeta Arriaza
estampaba sus pobres versos de circunstancias. En aquellas fiestas, el
pueblo no se manifestaba sino como un convidado mas, anadido a la lista
de alcaldes, funcionarios, gentiles-hombres, frailes y generales; no era
otra cosa que un espectador, cuyas pasivas funciones estaban previstas y
senaladas en los articulos del programa, y desempenaba como tal el papel
que la etiqueta le prescribia.
Las cosas pasaron de distinta manera en el periodo del 20 al 23, en que
ocurrieron los sucesos que aqui referimos. Entonces la ceremonia no
existia, el pueblo se manifestaba diariamente sin previa designacion de
puestos impresa en la _Gaceta;_ y sin necesidad de arcos, ni oriflamas,
ni banderas, ni escudos, ponia en movimiento a la villa entera; hacia de
sus calles un gran teatro de inmenso regocijo o ruidosa locura; turbaba
con un solo grito la calma de aquel que se llamo el _Deseado_ por una
burla de la historia, y solia agruparse con sordo rumor junto a las
puertas de Palacio, de la casa de Villa o de la iglesia de Dona Maria
de Aragon, donde las Cortes estaban.
Anos de muchos lances fueron aquellos para la destartalada, sucia,
incomoda, desapacible y obscura villa! Sin embargo, no era ya Madrid
aquel lugaron fastuoso del tiempo de los reyes tudescos; sus gloriosas
jornadas del 2 de Mayo y del 3 de Diciembre, su iniciativa en los
asuntos politicos, la enaltecian, sobremanera. Era, ademas, el foro de
la legislacion constituyente de aquella epoca, y la catedra en que la
juventud mas brillante de Espana ejercia con elocuencia la ens
|