el Estudiante--hubieramos ahorrado lo demas: vuesa
merced me conozca por su servidor; que hay muchos dias que le deseaba
conocer. Pero, ?no me dira, senor Diablo Cojuelo, por que le pusieron
este nombre, a diferencia de los demas, habiendo todos caido desde tan
alto, que pudieran quedar todos de la misma suerte y con el mismo
apellido[104]?
--Yo, senor don Cleofas Leandro Perez Zambullo, que ya le se el suyo, o
los suyos--dijo el Cojuelo--, porque hemos sido vecinos por esa dama que
galanteaba y por quien le ha corrido la justicia esta noche, y de quien
despues le contare maravillas, me llamo desta manera porque fui el
primero de los que se levantaron en el rebelion[105] celestial, y de los
que cayeron y todo[106]; y como los demas dieron sobre mi, me
estropearon, y ansi, quede mas que todos senalado de la mano de Dios y
de los pies de todos los diablos, y con este sobrenombre; mas no por eso
menos agil para todas las facciones que se ofrecen en los paises bajos,
en cuyas impresas nunca me he quedado atras, antes me he adelantado a
todos; que, camino del infierno, tanto anda el cojo como el viento[107];
aunque nunca he estado mas sin reputacion que ahora en poder deste
vinagre, a quien por trato[108] me entregaron mis propios companeros,
porque los traia al retortero a todos[109], como dice el refran de
Castilla, y cada momento a los mas agudos les daba gato por demonio.
Sacame deste Argel de vidro; que yo te pagare el rescate en muchos
gustos, a fe de demonio, porque me precio de amigo de mi amigo, con mis
tachas buenas y malas[110].
--?Como quieres--dijo don Cleofas mudando la cortesia[111] con la
familiaridad de la conversacion--que yo haga lo que tu no puedes siendo
demonio tan manoso?
--A mi no me es concedido--dijo el Espiritu--, y a ti si, por ser hombre
con el privilegio del baptismo y libre del poder de los conjuros, con
quien han hecho pacto los principes de la Guinea infernal[112]. Toma un
cuadrante de esos y haz pedazos esta redoma; que luego en derramandome
me veras visible y palpable.
No fue escrupuloso ni perezoso don Cleofas, y ejecutando lo que el
Espiritu le dijo, hizo con el instrumento astronomico jigote[113] del
vaso, inundando la mesa sobredicha de un licor turbio, escabeche en que
se conservaba el tal Diablillo; y volviendo los ojos al suelo, vio en
el un hombrecillo de pequena estatura, afirmado en dos muletas[114],
sembrado de chichones mayores de marca[115], calabacino de testa y badea
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