e Ardales, y condes de Teba, Guzmanes en todo. De esotra parte
cae el Castellar, de los Ramirez y Saavedras, y a la vuelta,
Villamanrique, de las Zunigas[464], de la gran casa de Bejar, cuyo
ultimo malogrado marques fue Guzman dos veces Bueno, sobrino del gran
Patriarca de las Indias, capellan y limosnero mayor del Rey, cuya
generosa piedad se taracea con su oficio y con su sangre, y hermano del
gran Duque de Sidonia[465], cuyo solio es Sanlucar de Barrameda, corte
suya, que esta ese rio abajo, siendo Narciso del Oceano y Generalisimo
del Andalucia y de las costas del mar de Espana, a cuyo baston y siempre
planta vencedora obedece el agua y la tierra, asegurando a su Rey toda
su monarquia en aquel promontorio donde asiste[466], para blason del
mundo. Y pues ya llega la noche, y destas alabanzas no puedo salir menos
que callando para encarecellas, dejemos para manana lo demas;--bajandose
del terrado a tratar que se aderezase la cena, y a salir un poco por la
ciudad a su insigne Alameda, que hizo y adorno con las dos colunas de
Hercules el Conde de Barajas[467], asistente de Sevilla, y despues, de
Castilla dignisimo presidente.
TRANCO VIII
Ya, para ejecutar su disignio[468], habia tomado dona Tomasa[469] (que
siempre tomaba, por cumplir con su nombre y su condicion) una litera
para Sevilla, y una acemila en que llevar algunos baules para su ropa
blanca y algunas galas, con las del dicho galan soldado, que, metiendose
los dos en la dicha litera, partieron de Madrid, como unos
hermanos[470], con la requisitoria que hemos referido. Y a nuestro
Astrologo no le habian dado sepultura, sobre las barajas de un
testamento que habia hecho unos dias antes y descubrieron en un
escritorio unos deudos suyos, y estaba la justicia poniendo en razon
esta litispendencia. Y el Cojuelo y don Cleofas, que habian dormido
hasta las dos de la tarde, por haber andado rondando la noche antes, la
mayor parte della, por Sevilla, despues de haber comido algunos pescados
regalados[471] de aquella ciudad y del pan que llaman de Gallegos[472],
que es el mejor del mundo, y habiendo dormido la siesta (bien que el
companero siempre velaba, haciendo diligencias para lisonjear a su dueno
en razon de su delito), se subieron al dicho terrado, como la tarde
antes, y ensenandole algunos particulares edificios a su companero, de
los que habian quedado sin referir la tarde antes en aquel golfo de
pueblos, suspiro dos veces don Cleofas, y preguntole el C
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