do a escape?...
Lo cavile despacio y ahora, en un pronto, me determine....
Tampoco se supo en que tiempo inverosimil Salvador ensillo su caballo
por si mismo; y mientras Rita clamaba a todos los santos del cielo y el
pastor se quedaba con un palmo de narices, el volaba hacia Rucanto, en
velocisima carrera, que levantaba chispazos de lumbre bajo las
herraduras del potro.
Llegando a la casona, ato la brida del animal jadeante en el aldabon de
la portalada y llamo con mayor solemnidad y brio que lo hiciera en
reciente ocasion don Rodrigo el del Nidal.
No tenia Salvador cobardia ni miramientos como aquella otra vez que, a
su regreso de Francia, espero en aquel mismo sitio, sobresaltado por el
eco arrogante de su llamada.
A la moza que abrio la puerta le pregunto, aspero y breve:
--?La senorita Carmen?
--Esta en la cama.
--?Que tiene?
--Una punta de calentura.... Saliose ayer de casa como una loca, y
cuando la encontramos parecia que no estaba en sus cabales.... La
acostamos, sin que haya querido desnudarse.... A usted le mienta
mucho.... Manana dice la senora que llamara al medico....
--Manana, ?eh?--rugio Salvador.
Pisaba fuerte, estaba fuera de si, violento y arisco....
Llevame a su cuarto..., ipronto!--le dijo a la moza.
Fue la mujer delante, guiando por dificiles encrucijadas, y al llegar a
una puerta en un rincon, dijo:
--Aqui es.
Entro el medico sin llamar; estaba el cuarto envuelto en la media luz
del atardecer, y el fuese derecho a la cama y, se inclino sobre el
cuerpo inerte de Carmencita.
Parecia que estaba dormida; pero a la blanda voz de su amigo abrio los
ojos, y, mirandole con inquieta expresion, balbucio:
--?Eres tu?... iCuanto has tardado!
--Pero ya no me voy sin ti--dijo el, energico y amoroso--. Aunque tu no
quieras, te llevo ahora mismo.
Parecia que queria clavarla sus palabras en el corazon, mientras la
pulsaba con ansiedad devoradora.
Ella dijo, con acento mimoso de nina pequena:
--Si, yo quiero que me lleves.... Pero ?como?... No puedo andar....
Estoy muy cansada....
--Tengo abajo al _Romero_, ?sabes? Nos lleva a los dos en un vuelo.
--?En un vuelo?--murmuro Carmen con deleite--. Yo tengo muchas ganas de
volar....
Salvador temio que delirase. Tenia un poco de fiebre y estaba muy
decaida.
Se oyo un rumorcito en la puerta y avanzaron unos pasos de duende por la
estancia.
El medico, sin hacer caso de que entraba dona Rebeca, le dijo a la nina:
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