nor, que fe llamaba
Dulchanchellin, hallaron el Caballo, i nos dixeron donde hallariamos a
el por el Rio abaxo; i afi fueron por el, i fu muerte nos dio mucha
pena, porque hafta entonces ninguno nos havia faltado. El Caballo dio de
cenar a muchos aquella noche. Pafados de alli, otro dia llegamos al
Pueblo de aquel Senor, i alli nos embio Maiz. Aquella noche, donde iban
a tomar Agua, nos flecharon vn Chriftiano, i quifo Dios que no lo
hirieron: Otro dia nos partimos de alli, fin que Indio ninguno de los
Naturales parefciefe, porque todos havian huido; mas iendo nueftro
camino, parefcieron Indios, los quales venian de Guerra, i aunque
nofotros los llamamos, no quifieron bolver, ni efperar, mas antes fe
retiraron, figuiendonos por el mifmo camino que llevabamos. El
Governador dexo vna Celada de algunos de Caballo en el camino, que como
pafaron falieron a ellos, i tomaron tres, o quatro Indios, i eftos
llevamos por Guias de alli adelante, los quales nos llevaron por Tierra
mui trabajofa de andar, i maravillofa de ver, porque en ella ai mui
grandes Montes, i los Arboles a maravilla altos, i fon tantos los que
eftan caidos en el fuelo, que nos embaracaban el camino, de fuerte, que
no podiamos pafar fin rodear mucho, i con mui gran trabajo: de los que
no eftaban caidos, muchos eftaban hendidos defde arriba hafta abaxo de
raios, que en aquella Tierra caen, donde fiempre ai mui grandes
tormentas, i tempeftades. Con efte trabajo caminamos hafta vn dia
defpues de San Juan, que llegamos a vifta de Apalache, fin que los
Indios de la Tierra nos fintiefen: Dimos muchas gracias a Dios por
vernos tan cerca de el, creiendo que era verdad lo que de aquella Tierra
nos havian dicho, que alli fe acabarian los grandes trabajos que
haviamos pafado, afi por el malo, i largo camino para andar, como por la
mucha hambre que haviamos padefcido; porque aunque algunas veces
hallabamos Maiz, las mas andabamos fiete, i ocho leguas fin toparlo; i
muchos havia entre nofotros, que allende del mucho canfancio, i hambre,
llevaban hechas llagas en las efpaldas de llevar las Armas acueftas, fin
otras cofas que fe ofrefcian. Mas con vernos llegados donde defeabamos,
i donde tanto mantenimiento, i Oro nos havian dicho que havia,
parefcionos, que fe nos havia quitado gran parte del trabajo, i
canfancio.
_CAP. VI. Como llegamos a Apalache._
Llegados que fuimos a vifta de Apalache, el Governador mando, que Yo
tomafe nueve de Caballo, i cinquenta Peones
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