25 Con terrible ligereza;
Mas rota con gran pujanza
La alta nuca, la fiereza
Y el ultimo aliento lanza.
La confusa voceria page 36
Que en tal instante se oyo
Fue tanta, que parecia
Que honda mina revento,
O el monte y valle se hundia.
5 A caballo como estaba
Rodrigo, el lazo alcanzo
Con que el toro se adornaba:
En su lanza le clavo
Y a los balcones llegaba.
10 Y alzandose en los estribos,
Le alarga a Zaida, diciendo:
--Sultana, aunque bien entiendo
Ser favores excesivos,
Mi corto don admitiendo;
15 Si no os dignaredes ser
Con el benigna, advertid
Que a mi me basta saber
Que no le debo ofrecer
A otra persona en Madrid.--
20 Ella, el rostro placentero,
Dijo, y turbada:--Senor,
Yo le admito y le venero,
Por conservar el favor
De tan gentil caballero.--
25 Y besando el rico don,
Para agradar al doncel,
Le prende con aficion
Al lado del corazon
Por brinquino y por joyel. page 37
Pero Aliatar el caudillo
De envidia ardiendo se ve,
Y, tremulo y amarillo,
Sobre un tremecen rosillo
5 Lozaneandose fue.
Y en ronca voz:--Castellano,
Le dice, con mas decoros
Suelo yo dar de mi mano,
Si no penachos de toros,
10 Las cabezas del cristiano.
Y si vinieras de guerra
Cual vienes de fiesta y gala,
Vieras que en toda la tierra,
Al valor que dentro encierra
15 Madrid, ninguno se iguala.--
--Asi, dijo el de Bivar,
Respondo--; y la lanza al ristre
Pone, y espera a Aliatar;
Mas sin que nadie administre
20 Orden, tocaron a armar.
Ya fiero bando con gritos
Su muerte o prision pedia,
Cuando se oyo en los distritos
Del monte de Leganitos
25 Del Cid la trompeteria.
Entre la Monclova y Soto
Tercio escogido embosco,
Que, viendo como tardo,
Se acerca, oyo el alboroto, page 38
Y al muro se abalanzo.
Y si no vieran salir
Por la puerta a su senor,
Y Zaida a le despedir,
5 Iban la fuerza a embestir:
Tal era ya su furor.
El alcaide, recelando
Que en Madrid tenga partido,
Se templo disimulando,
10 Y por el pa
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